ROBERTO SIGUERO

"SI ME TROPIEZO
ME LEVANTO
Y
CONTINÚO"

De origen madrileño Roberto tenía clara su vocación: la medicina.
Hoy es el maquillador oficial de Lancôme.
Este año ha recibido la brocha de oro en París en reconocimiento a su excelente carrera como maquillador de Lancôme.
Dice estar cerca de los cuarenta y dos y no haber sufrido la crisis de los cuarenta.
¿La razón?
La pasión superlativa por su gran labor profesional no solo a nivel estético sino humanístico.
Ha creado talleres para niños discapacitados y asiste a congresos dermatológicos.

Sus inicios laborales ya fueron un éxito.
Colaboró con el director y guionista Bigas Luna.
Realizó la caracterización del Teatro Real de Madrid en el año de su inauguración.
Más tarde llegó el maquillaje.

¿Su inspiración?
"He tenido una vida muy de contrastes porque me he criado entre Madrid y la Sierra Madrileña.
Contrastes de luz de color es lo que me inspira continuamente."

Te licenciaste en Bellas Artes.
¿Cuando decides encauzar tu camino hacia el maquillaje, el estilismo y el vestuario escénico?

Yo quería hacer medicina pero me quedé a una décima de la nota media.
Entonces di un giro de 180º y me apunté a una Escuela de Diseño y para tener historia de color y hacer un exámen de ingreso.
Me gustó y cuando entré en la facultad compaginé la carrera con Diseño y Estilismo de moda.

Más tarde llegó el mundo del maquillaje porque hice dirección de vestuario escénico y entiendo que para hacer un look total, el maquillaje es imprescindible.






¿En este momento sigues deseando entrar a formar parte del mundo de la medicina?

No... no no no.
Sí tengo contacto porque colaboro en el congreso nacional de hematología.
Pero no lo echo de menos.
Echo más en falta el diseño de vestuario.

"INTENTO QUITARLE
POR TODOS LOS MEDIOS
LA PARTE FRÍVOLA
AL
MAQUILLAJE"

¿Cuáles fueron tus sensaciones al maquillar a la primera estrella?

Pues... Un gran respeto, evidentemente nervios - y el que diga lo contrario miente -, alegría porque confiaron en mí, pero sobre todo un gran respeto.
Además intento quitarle por todos los medios la parte frívola al maquillaje.
Para mí es fundamental que la persona se sienta cómoda, guapa...
La primera vez que maquillé a Inés Sastre fue hace catorce años y me dijo:
"No intentes lucirte con tu maquillaje. Déjame guapa."
Es algo que tengo grabado.
Lo importante es que la persona a la que maquillas no pierda su identidad y se reconozca.
Eso es un buen maquillaje.

"PIENSO QUE EL MAQUILLAJE VA MUCHO MÁS ALLÁ"

También realizar talleres en el hospital Ramón y Cajal...

Los talleres para Ramón y Cajal lo hago a través de la marca La Roche Posay que es el maquillaje dermatológico que se realiza con pacientes de todo tipo pero especialmente con pacientes que han padecido cáncer.
Otra de las labores que hago y me hace sentir muy bien y orgulloso es para la Fundación Carmen- Pardo Valcarce. Realizo talleres con personas discapacitadas.
Parece que el maquillaje siempre es la parte frívola y el famoso. Pienso que va mucho más allá y puedo ayudar mucho más.

El Domingo hay un congreso sobre el cáncer de mama y voy a hacer una ponencia sobre el proceso oncológico que se le caen la cejas, las pestañas, que la piel se le apaga... Ayudar a que el maquillaje sea un elemento más para que le haga sentir bien.






Ganaste la Brocha de Oro en París al "Mejor Maquillador del Mundo" de Lancôme.
¿Qué supuso para tí éste reconocimiento?

Ha supuesto... [Un minuto de reflexión]
No me lo esperaba pero fue como un reconocimiento a mí mismo.
Toda esta lucha de catorce años en Lancôme y todo este esfuerzo de veinte años que llevo en el mundo del maquillaje.
En otras profesiones si eres abogado con cincuenta años eres mejor porque has adquirido mucha experiencia.
En el mundo del maquillaje no. Deben ser cada vez mejor, más altos, más guapos.
Y este premio ha sido un reconocimiento, si.






La marca Lancôme te permite libertad de creación o debes seguir unos cánones.

Depende...
Lancôme me permite realizar mis creaciones también a parte.
Yo llevo como maquillador oficial catorce años y sé cuál es perfectamente el estilo y su filosofía.
Tampoco he trabajado para otra marca y llevo todos estos años bebiendo de la misma fuente.
Toda la creatividad que pueda desarrollar la hago en la misma dirección.
No me ponen ninguna pega pero no se me ocurriría hacer un ojo de purpurina por ejemplo porque no va con su filosofía.

"MI TRABAJO ES TAN VARIADO
QUE NO ME DA TIEMPO
A
LLEGAR A LA MONOTONÍA"

Como veníamos diciendo te has dedicado a distintos campos del arte en su expresión.
¿Qué proyectos consideras más destacables a lo largo de tu carrera?

Tengo la suerte de intentar disfrutar cada cosa que hago.
Cada reto es diferente.
La etapa del cine fue maravillosa. No fue muy extensa pero fue maravillosa.
Tuve la oportunidad de trabajar con Bigas Luna.

El teatro fue una faceta maravillosa que hecho muchísimo de menos.
Trabajé en el Teatro Real el primer año de la inauguración.

En Lancôme llevo muchos años pero es un trabajo tan variado que no me da tiempo a llegar a la monotonía.
Tengo un equipo de maquilladores, consejeros de belleza, tan pronto tengo un nivel muy alto al que tengo que mostrar mis trabajos, tan pronto empiezo desde cero para alumnos que comienzan...
Asisto a congresos como hablábamos anteriormente...
No tengo una semana en la que me haya dedicado a hacer exáctamente lo mismo.
Me lo paso muy bien como profesor. Al final aprendes de tus alumnos sobre todo porque te plantean preguntas en las que no habías pensado.
Creo que tengo mucha suerte.






Un sueño por conseguir...

¿Un sueño?
No soy nada utópico.
Pero... Seguir disfrutando de mi trabajo.

"DEBO VER QUÉ TENGO DELANTE Y NO TRASLADAR MI GUSTO PERSONAL"

¿Cuál es la conexión que se debe conseguir entre el maquillador y la persona maquillada para conseguir un buen resultado?

Es fundamental que confíe en ti.
He tenido muchas novias que vienen por personas que han probado mi trabajo y vienen "desnudas" en el mejor sentido de la palabra y confían plenamente en mí.
Esa actitud es infinitamente mejor a la desconfianza.
Hay que tener un poco de psicología, ver qué tengo delante y no trasladar mi gusto personal.
Si tengo a una persona sofisticada, por mucho que yo sea natural y fresco, haré un maquillaje sofisticado.






En ocasiones trabajar con grandes artistas de la estética no es del todo agradable.
Suelen ser personas muy autoritarias y poco sociables.
Sin embargo tu carácter parece suave y cercano.
¿Cómo te definirías entre bambalinas?

Bueno... tengo mucho carácter.
Un carácter "repodrido". Tengo mucha paciencia, soy muy tranquilo, pausado pero cuando la gota colma el vaso es un horror.
Es verdad que luego lo paso mal. Pero no soy nada soberbio.
Sale poco y no me sale mucho trabajando. Creo que es bastante fácil trabajar conmigo.

"LA
OBSERVACIÓN"

¿Cuál es tu mayor virtud?

La observación.
La vida me ha dotado de una memoria fotográfica brutal.
¿Cómo se me ocurre mezclar el azul con el verde?
Pues es fruto de la observación.
Cuando voy al cine veo dos películas: la historia y toda la parte de color.
Voy al teatro y lo mismo.
En la playa veo un nublado y me digo mira qué bonito queda el gris con el azul y cómo se mezcla con el oro.
Es lo que te hace diferente. Desarrollas una cierta sensibilidad para mezclar colores, para llegar al espectador, captar la personalidad de la otra persona...
Todo ello viene de la observación.






¿En quién o en qué te inspiras?

Soy muy de naturaleza.
No tengo ningún nombre de maquillador en quien me inspire.
Intento beber de todas las fuentes que puedo.






¿Cuáles han sido tus mitos desmitificados?

Si tengo no me quedo con ellos.
Claro que he tenido decepciones pero no siempre el mito o el famoso es el peor.
Puede ser el fotógrafo, el peluquero o el estilista.
Peor si te detienes en eso te mueres. Mi vida estaría llena de puntos grises.






Tu filosofía de vida...

Ufff... que buena pregunta y qué difícil.
¿Mi filosofía de vida?...
Intentar ver el lado positivo a las cosas.
Mi filosofía es que si me tropiezo me levanto y continúo.




WEB SIGUERO & JIMÉNEZ


ENTREVISTA POR NURIA SANTOS
FOTOGRAFÍAS CORTESÍA ROBERTO SIGUERO


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